RECUERDOS DE MARIO TOTO BUSCAGLIA. Por Jorge Daniel Testori.
Corría el año 49 o 50, cuando comenzaba a tener uso de razón y enterarme de las anécdotas y cosas que sucedían en el bar donde jugábamos con mis hermanas en el salón, junto a los clientes, que por esos años, gracias a Dios, eran muchos y entre ellos abogados, escribanos, médicos, escritores, malandras de todo tipo y aquellos que no tenían nada que hacer y se pasaban todo el día en las mesas sin que nadie les dijera algo.
Me acuerdo del famoso Paisano Luna, se sentaba frente al espejo que estaba al lado de la entrada del baño de hombres, en el fondo del bar y de allí miraba a los que entraban oteando por si algún enemigo se presentaba ya que tenía algunas cuentas pendientes.
Este sector estaba justo al lado de la casa donde vivíamos y podíamos observar todo lo que pasaba en el bar, así que lo veíamos inyectarse morfina en la pierna a través de su pantalón porque tenía una herida de bala y eso nos daba mucho miedo, pero Luna era muy bueno con mis hermanas y conmigo.
Estando de vacaciones en Punta Lara nos enteramos que hubo un tiroteo en «La Marina», un agente de Policía de apellido Flamini le dispara al Paisano que estaba desarmado, el disparo le roza la cabeza, cae al suelo en un charco de sangre y el policía informa a la Comisaría Cuarta de Ensenada (esa era su numeración en esos años) para que vayan a buscar al cadáver de Luna que había matado en el bar, el Paisano era muy buscado por la ley y la justicia.
El mozo Venidoro impresionado por el hecho pasa al lado del cuerpo tendido y le dice «te mataron, hijo de puta» y el Paisano balbucea algo por lo que Venidoro escapa por la ventana de la calle Avilés asustadísimo.
Cuando se fue el agente Flamini mi padre se acercó al Paisano y este le guiña un ojo, lo ayuda a levantarse y el guapo se fue como si nada, increíble.
De esa el Paisano Luna pudo escapar, pero pocos años después su salud lo traicionó, lo atraparon y trasladaron en auto hasta Chascomús y en las afueras del pueblo lo bajan, lo engañan diciéndole que estaba libre y cuando se alejaba lo fusilan por la espalda, un final triste, ilegal, previsible.