Editorial: Poder Judicial, Operetas y Corporaciones.
Este último lunes por la mañana Cristina Fernández de Kirchner volvió a los Tribunales Federales de Comodoro Py, a prestar declaración por una de las causas en las que desde el «Partido Judicial» intentan acusarla de algo. Si, de algo, porque ya no se sabe bien, con tanto show mediático, de que se tiene que defender.
Lo llamativo y que ya resulta cansador, es que cada vez que el actual Gobierno entra en una crisis, la «Justicia» llama a una nueva declaratoria a la ex Presidenta. Parece que la única estrategia del gobierno Macrista ante tanto descontento es poner en escena a Cristina en los tribunales, pero en rigor de verdad, dicha maniobra no le estaría saliendo muy bien. Por un lado la población se está cansando de estas operetas y exige que mejore la economía, mirando con nostalgia los años anteriores, y por otro, cada vez que Cristina es citada a declarar demuestra que es la única dirigente política con capacidad de movilización y un piso de intención de voto mayor que cualquiera de sus futuros o posibles contrincantes.
Volviendo al título de esta nota, el mamarracho jurídico – mediático provoca que no importe lo que declare la ex mandataria, sino que sólo se instala una cuestión mediática, con el fin de bajar la imagen de CFK. La idea es desviar la atención para que no esté en escena la paupérrima gestión de MACRI, generadora de pobreza, desocupación, tarifazos, inflación y recortes, por doquier.
Y sin dudas basados en el poder Mediático, logran desviar la atención. Y por estos días no se va a hablar de las facturas de servicios que llegaron con aumentos descomunales, o la farsa de la reparación histórica a los jubilados que resultó sólo de algunos pesos. Menos aún del bono aún «no-nato» de fin de año, como tampoco escucharás sobre el recorte en Ciencia y Tecnología, ni sobre el fracaso del blanqueo de capitales de evasores.
Pero esa estrategia también está llegando a su fin, porque el ciudadano de a pie se está cansando de tantos cachetazos recibidos uno tras otro desde diciembre último, y ese cansancio incluye a muchos que creyeron en el «Cambio» y hoy se sienten estafados porque el cambio fue para peor.
Por eso, no importa qué declare Cristina ni sobre qué le pregunten. Su situación judicial tiene un único aparente fin: tapar el sol con la mano. Cubrir con un dedo al gobierno que desde hace 11 meses, no para de castigar al pueblo y beneficiar a los poderes concentrados.