Una vez más durante la semana los vecinos de diferentes barrios (o casi todos) se mostraron muy preocupados por un nuevo episodio de espesas humaredas y ruidos muy fuertes en las chimeneas de la empresa YPF, cuya mayor planta del país se encuentra emplazada en tierras ensenadenses y cada desperfecto, desata el temor.
Seguramente en mayor intensidad luego de aquel fatídico dos de abril por la noche, cuando la vecina La Plata se inundaba casi de punta a punta, y la planta de Coque de YPF sufría el peor incendio de los últimos tiempos, con explosiones y alertas a sus familiares brindadas por bomberos y trabajadores de guardia; cada vez que la Petroquímica o Destilería estornudan, Ensenada se resfría. Y así fue el jueves último, cuando desde temprano una densa humareda negra y ruidos de explosiones causaron nuevamente pánico, seguramente fundado en el panorama muy poco común que se veía en el horizonte.
Las imágenes eran elocuentes. En pocos minutos, las chimeneas que parecían quemarse ellas mismas y el humo por demás negro, inundaron el aire de la ciudad y las redes sociales. A eso, hay que sumarle la demora de la empresa en emitir una comunicación al respecto, que habría llegado al menos una hora más tarde que el comienzo de las preocupantes emisiones.
Escueto comunicado oficial
«La empresa YPF informa que debido a un incidente en una de las antorchas de Química, se produjo la emisión de humos durante un lapso reducido. La situación se encuentra controlada, y no hay riesgos para la población. Mientras se normaliza el funcionamiento, la antorcha podrá emitir humos durante las próximas horas. La empresa está trabajando para normalizar la situación lo antes posible», fue el sencillo y poco explicativo comunicado, en el que poco se habló sobre causas y/o consecuencias del evento, a las claras al menos sospechoso o poco común.