El pasado martes 20 de septiembre, varios sectores de Docentes militantes se juntaron al pié del monumento a Manuel Belgrano, en la plaza del centro de la ciudad, para lanzar oficialmente en sociedad lo que decidieron llamar el “Frente Docente de Ensenada”, ante una nutrida concurrencia de público, y así hacer frente entre todos a las medidas del “neoliberalismo”, que entre otras tantas cosas apunta “a destruir la educación pública de calidad” se dijo.
DOCUMENTO CONTUNDENTE
A través de un comunicado difundido a los medios, el Frente Docente marcó claramente su postura: “El país está atravesando un escenario político complejo, en el que la avanzada liberal luego de ganar las elecciones, está llevando adelante medidas que distan mucho de beneficiar a los trabajadores. El macrismo vino a generar una gran revancha neoliberal y conservadora, con políticas económicas que apuntan a generar la transferencia de recursos desde los trabajadores hacia los sectores oligárquicos. La quita de retenciones a las exportaciones implicó (entre otras medidas vejatorias) la supresión de subsidios energéticos; la consecuencia de eso fueron los tarifazos. La devaluación de más del 40%, (ocultada y disfrazada con eufemismos) y los picos inflacionarios hace que el poder adquisitivo se vea seriamente atacado. Actualmente los índices de inflación la plantean pasando el 50%. No contentos con este saqueo al bolsillo de todos los trabajadores, el gobierno anuncia que para el 2017 habrán nuevas devaluaciones. La ola creciente de despidos inició un aumento de la desocupación y puso en riesgo el funcionamiento de recomposición salarial, en el marco de los acuerdos paritarios adquiridos gracias a la lucha de la clase trabajadora; esto podría acarrear consecuencias como la caída real del valor material del trabajo, entre lo que también se encuentran ´las condiciones´ laborales”.
Situación Educativa
El informe de situación presentado por estos docentes señala: “Se vislumbra el avance del Mercado en educación. Es así que se nos ´advierte´ a los docentes, que nos van a ´evaluar´ por productividad. Auditan las escuelas para controlarnos y no se les ocurre relevar las condiciones en que alumnos y docentes las habitamos y sostenemos todos los días. Se promociona la meritocracia como valor, atacando el derecho universal de la educación, instalando medidas ´excluyentes y discriminadoras´ en el acceso a la educación pública. Se eliminan Programas de Inclusión, desnudando una concepción político-pedagógica con claras intenciones de borrar espacios educativos de promoción de derechos, que sólo serán reconquistados con la lucha articulada entre trabajadores, padres y alumnos. Se exige la ´nominalidad´ en los programas de SAE, (comedores escolares), imponiendo la identificación de los pobres a través de listas con nombres y apellidos de los niños/as que comen en las escuelas. Se deroga normativa consensuada con el conjunto de la docencia, que tira por la borda los estudios pedagógicos comprobados y expresados en su fundamentación, imponiendo un nuevo sistema de Calificación que señala a los alumnos/as como únicos responsables de la enseñanza y el aprendizaje, sumando a esta medida la limitación y/o suspensión de los Programas de Capacitación en Servicio, de Formación Permanente gratuitos y con puntaje, los cuales fueron adquiridos como derecho en el marco de la legislación vigente, obligando indirectamente a que los docentes busquen alternativas “privadas” de capacitación. Vigilar y castigar como mensaje por sobre acompañar, superar y cambiar juntos, si es necesario, las falencias de los sistemas. El Plan Aprender 2016 de evaluación estandarizada a los estudiantes de primaria y secundaria de todo el país tiene como base ideológica el paradigma de la ´meritocracia´. La educación como oportunidad que brinda el Estado. Advertimos que esta política es la antesala de una agresiva campaña de desprestigio de los docentes y la educación entendida como un DERECHO”.