Durante la última semana, todos los médicos de cabecera pertenecientes al PAMI recibieron el telegrama de despido a partir del 30 de Noviembre, lo que dejaría virtualmente sin profesional a unos 5 millones de afiliados de la hasta ahora Obra Social más grande del País.
Esta nueva medida causa mucha preocupación en los abuelos de la ciudad y toda la Argentina, que últimamente vienen siendo castigados con recortes en prestaciones y medicamentos, del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP).
Según pudo averiguar Semanario Fuerte Barragán, la medida corta la relación de dependencia de los médicos con el Instituto y los invita a adherir a un nuevo sistema, del que de todos modos no se expresan garantías, como mantener los pacientes, y que incluso delegaría el PAMI toda la responsabilidad en los médicos, según el relato de varios profesionales en diálogo con este Semanario. Al respecto, varios médicos afirmaron una profunda preocupación, ya que afirman, de esta manera quedarán muy expuestos y solos, ellos en la atención de los afiliados a la prestaría Nacional, por lo que muchos evalúan no seguir con el nuevo sistema; lo que indefectiblemente produciría un enorme vacío en la atención.
Desde la obra social se indicó que no se trataría de un «despido masivo» sino de un «cambio de sistema». La inconsistencia de este «relato» se da en que las mismas fuentes no niegan los telegramas de despido, lo que hace su versión muy contradictoria. Otras lecturas, prefieren abonar la teoría de que se trata de una «privatización del servicio», aunque los más duros en el análisis afirman que podría tratarse de una «desarticulación» generalizada de las prestaciones, pugnando por la consecuente disolución del Instituto, que hoy brinda servicios de Salud a más de 5 millones de afiliados.
Sin dudas, el mes que viene, además del último del año con todo lo que ello implica, será un mes muy movido para quienes utilizan las prestaciones de PAMI. La incertidumbre de su futuro prestacional cada vez se hace más grande, y el destino de millones de abuelos se borronea en el horizonte. La salud también.
