Un brutal robo violento ocurrió este domingo alrededor de las 21 en una casa ubicada en 9 bis entre 70 y 74, cuando la dueña de la propiedad se acercó hasta la reja alertada por dos hombres que le dijeron que su marido había tenido un accidente. Cuando quiso saber más la encañonaron y empezó el horror.
Silvia Guzmán se acercó a la reja porque los ladrones sabían el hombre y apellido de su marido. «Tenían cara de preocupados así que lo primero que hice fue preguntarles qué le había pasado», contó la víctima de la brutal entradera.
Ansiosa por entender qué había pasado con su marido, la mujer de 46 años avanzó hasta la puerta de su casa y al llegar a la reja uno de los delincuentes extrajo un arma y la forzó a abrir: «Venimos a buscar la plata». Silvia contó que la violencia se desató desde el momento en el que los sujetos entraron en la propiedad. El primer golpe fue para ella y luego para el perro que les ladraba: «Le dieron una patada que lo dejó tumbado», contó la víctima.
El aullido del perro alertó a la hija de la víctima, quien asomada desde la ventana vio cómo su madre era golpeada incesantemente por una persona con barbijo mientras otro sujeto golpeaba a su perro.
Según relató la mujer, su hija tuvo la lucidez de esconder su computadora debajo de la cama, agarrar su teléfono y correr a esconderse en el galpón, desde donde alertó al 911 y luego de varios intentos pudo alertar a las autoridades que arribaron al lugar cuando los ladrones ya habían escapado.
Mientras tanto, su mamá fue sometida a una violencia inusitada. «Estos tipos me hicieron cosas terribles. Me pegaron, me ataron y me hicieron lo peor que le podrían haber hecho a una mujer», relató Silvia entre lágrimas. Finalmente despertó en su cama aproximadamente 45 minutos después, con la cabeza ensangrentada y alertada por el llamado de su hija que estaba acompañada por efectivos policiales.
«No te hagas la tonta que sabemos que hace poco cobraron un seguro», le dijeron los delincuentes en medio de los golpes que se extendieron durante más de media hora. La víctima les entregó el sueldo de su marido: «Eran 30 mil pesos. Pensé que buscaban eso. Pero no. Me decían ‘la plata grande queremos'», contó.
Finalmente, los delincuentes la desmayaron de un golpe y escaparon con el sueldo del dueño de la casa. «Como pude, me levanté e intenté caminar hasta la puerta con una angustia tremenda porque pensaba que mi hija estaba en problemas. Con lo que me habían hecho pensé lo peor. Sentí alivio al ver a mi hija entrar a la habitación con los policías», aclaró Silvia angustiada.
Silvia está segura de que alguien «la vendió». Explica que la zona es tranquila, pero su marido había tenido un choque y con la pandemia de por medio aún la familia no había iniciado los trámites del seguro. “Cómo puede ser que hayan sabido?”, se preguntó mientras espera que encuentren a los delincuentes que le hicieron pasar la peor noche de su vida.
