La Corte Suprema y Macri en el ojo de la tormenta por el insólito fallo
El 10 de Mayo seguramente quedará en la Historia de las luchas del pueblo argentino, y en la historia grande de los Derechos Humanos. Es que ese día de la semana pasada, la mítica Plaza frente a la casa Rosada, pero también todo el centro porteño, explotaron de columnas y columnas gente. Organizados o no, cientos de miles se acercaron a repudiar el insólito fallo de la Corte Suprema en favor de reducir condenas a represores, asesinos, violadores y apropiadores de bebés, de la última Dictadura.
Como es habitual en estos temas que tienen que ver con los delitos de “lesa humanidad”, la concentración en repudio fue encabezada por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y los diversos organismos y organizaciones de derechos humanos, a la cabeza una multitud que dio un contundente: no al beneficio del 2×1 a genocidas.
OPINIÓN DESDE ENSENADA
Desde la Dirección de Derechos Humanos de Ensenada, se aseveró que: “con esta movilización la sociedad argentina, con sus más diversos matices políticos, reafirmó el rumbo de las políticas de Derechos Humanos que se vienen profundizando desde el 2003 al 2015 como políticas de Estado. Bajo las banderas de Memoria, Verdad y Justicia el pueblo argentino dijo cárcel común, efectiva y sin beneficio alguno para los culpables de delitos de lesa humanidad”.
MÁS DE MEDIO MILLÓN
Así las cosas, lo cierto es que más de 500 mil personas, en su mayoría familias, sin “choris” ni “Coca”, o sí pero comprados por ellos mismos, en colectivos, subtes, trenes y autos particulares, llegaron al micro y macro centro porteño (la gran mayoría no pudo llegar a la Plaza) e inundaron la ciudad capital de la Argentina en repudio a la decisión tomada por tres de los cinco Ministros de la Corte, dos de ellos puestos (ilegalmente) primero por Decreto y luego reafirmados por el Congreso a pedido del Presidente Macri, que hoy, comparte indudablemente la responsabilidad de este fallo increíble e incluso inconstitucional.
